El top manta en Barcelona se le va de las manos al Ayuntamiento de Colau
Es una de las máximas preocupaciones de los ciudadanos en Barcelona y, sobre todo, de los comerciantes, que viven rodeados de cientos de vendedores ambulantes que se instalan cada noche en los paseos del puerto y de la playa de la Barceloneta. Los manteros ocupan las calles, saturan los paseos y utilizan la vía pública para vender productos robados o falsificados mientras la alcaldesa, Ada Colau, no logra ponerle coto.
Aun así, en la noche del miércoles decenas de agentes de la Guardia Urbana se apostaron a la salida de las bocas del Metro en una acción que provocó aún más problemas que los que trataba de solventar. Y ni siquiera los solventó, pues esta noche, de nuevo, las zonas más turísticas de la ciudad estaban llenas de vendedores del top manta.
Cargados con enormes fardos repletos de género, los vendedores aguardaban en los pasillos del suburbano mientras los agentes estaban en la boca del Metro apartando a los viandantes, evitando que entraran por la boca controlada y, según los testigos, recibiendo el lanzamiento de algunos objetos, como una papelera.
«Apártense, no vayan a tirar piedras», comentaba uno de los guardias municipales… Sin embargo, los vendedores lograron salirse con la suya. Esperaron unas horas a que los agentes desmontaran el operativo y, finalmente, «y hasta las cuatro dela mañana, como cada noche», según un comerciante de la zona, volvieron a colocar sus mantas llenas de género, a pelearse entre ellos por los mejores puestos y a ocupar la calles de Barcelona ante la ineficacia de las medidas de largo plazo del Consistorio de Ada Colau.
Antidisturbios en las calles
Todo esto ocurre en Barcelona mientras continúa la polémica a causa del encargo a los antidisturbios de los Mossos d’Esquadra para que se despliegan en Barcelona para «vigilar una acera» en dispositivos contra el top manta. El Sindicato de los Mossos d’Esquadra (SME) ve «ridículo» gastar recursos que se podrían destinar a la lucha antiterrorista.
En un comunicado, el SME, mostró el malestar de los agentes de las unidades antidisturbios de la policía catalana que participan en los dispositivos contra el top manta en el Puerto de Barcelona. «Los manteros se ríen de los agentes y les dicen que saben a qué hora se irán y que, cuando se vayan, se instalarán. Y así ocurre. No tiene mucho sentido. Por este motivo, pedimos a la dirección de los Mossos que aplique el sentido común y dejemos de hacer el ridículo en el Puerto de Barcelona con este dispositivo», sostiene el SME.
El sindicato recuerda que un mínimo de 40 agentes de las unidades antidisturbios (BRIMO) y de recursos operativos (ARRO), llegados de fuera de Barcelona, se despliegan a diario en el puerto de la ciudad para «vigilar una acera» e impedir que se instalen los manteros.
Todo el territorio español se encuentra en nivel 4 de alerta antiterrorista y este uso de los antidisturbios y las unidades de intervención parece fuera de lugar, lo que solivianta a los delegados sindicales: «No es por un tema de vigilancia en el nivel 4 de alerta antiterrorista. No. Es para evitar que en este sitio se instalen los manteros a hacer venta ambulante. No es un tema de orden público que justifique este gasto de efectivos», lamenta el sindicato.
El SME recuerda que hace más de un año ya alertaron que la expansión de los manteros iría a más en Barcelona, ya que el consistorio de la capital catalana, liderado por Ada Colau, ha sido «absolutamente permisivo» con los vendedores ambulantes.
«Decían que la solución no podía ser policial, y una vez que ya no saben qué hacer y ha crecido, y mucho, el problema, lo pasan a los Mossos. Y lo que podemos asegurar es que no podemos meter un furgón en cada sitio en el que se pretenda evitar la presencia de manteros», alega el SME.
Para el sindicato, supone una «pérdida brutal de recursos» que en un momento de falta de efectivos policiales, como el actual –en plenas vacaciones de agosto y con más de cinco años sin una promoción para incrementar la plantilla de los Mossos–, se trasladen efectivos antidisturbios de fuera de Barcelona «para vigilar una acera».